Los gringos son lo mejor de lo mejor, no solo son medio idiotas, sino que hacen lo imposible para confirmarlo!!
Esta nota la saque de la version OnLine del diario ABC de España, del dia 18 de Enero de 2005.
Las Fuerzas Armadas de EEUU estudiaron fabricar una bomba “gay” para provocar la homosexualidad en el enemigo y con ello minar la moral y la disciplina de las tropas, según un documento secreto que acaba de salir a la luz.
Parece una broma o un complot de grupos homofóbicos, pero el proyecto fue presentado con toda seriedad en 1994, con un presupuesto previsto de 7,4 millones de dólares para el desarrollo y producción masiva durante seis años de esta arma y otras no menos descabelladas.
La idea partió del laboratorio de la base Patterson Wright de la Fuerza Aérea, en Dayton (Ohio), y está incluida en una propuesta titulada “Productos químicos para el hostigamiento, irritación e identificación de los malos”, que presentó al departamento del Pentágono que se encarga de desarrollar armas químicas no letales.
Entre sus ideas para lograrlo está rociar a los enemigos con unasustancia que provoque halitosis “grave y continuada” o mal olor para hacerlos “fácilmente identificables” durante semanas.
A los que fuesen impregnados con estos productos “les sería imposible mezclarse con la población local”, que presumiblemente huiría de su presencia.
El documento, además, propone un plan digno del coyote para capturar al correcaminos: colocar colmenas en una senda usada por los enemigos y rociarles un producto químico que vuelva locas a las abejas y las haga picarles a discreción.
Asimismo, los científicos de las fuerzas aéreas de EEUU quisieron reclutar a las temidas ratas y a “animales mayores” para que atraídas por sustancias especiales atacasen a los enemigos y provocasen el pavor en sus filas.
También parecen haberse inspirado en el talón de Aquiles de los topos y de los turistas nórdicos, al proponer inventar una sustancia que haga a los soldados muy sensibles a la luz del sol.
Entre esta caterva de sugerencias está la aplicación de la recomendación, “haz el amor y no la guerra”, con la idea de fabricar extractos que socaven la disciplina y la moral de las unidades enemigas exacerbando la libido.”Un ejemplo de poco gusto pero completamente no letal serían los afrodisíacos potentes, especialmente si el producto químico también provocase comportamientos homosexuales”, afirma el documento.
La propuesta, de tres páginas, hecha pública con ciertas secciones tachadas, fue obtenida por “Sunshine Project”, una organización privada que se opone a la investigación con armas químicas, la cual se amparó en su solicitud en la ley federal de transparencia en los asuntos públicos.Al recibirla “nos escandalizó que siquiera considerasen algo así”, dijo a EFE Edward Hammond, uno de sus responsables.
Por su parte, el teniente coronel del Ejército Barry Venable, un portavoz del Departamento de Defensa, ha indicado que el concepto de la bomba homosexual “surgió básicamente en una sesión de sugerencia de ideas y fue rechazado inmediatamente”.
No obstante, Hammond afirma que no fue así, pues según él la propuesta del laboratorio Wright fue distribuida a varias agencias del Gobierno en 2000 y un año después llegó a las manos de la Academia Nacional de Ciencias, que desde 1863 asesora al Gobierno sobre asuntos científicos y tecnológicos.
“Si pensaban que era una propuesta loca, no se habrían sometido a la vergüenza de presentársela al órgano asesor más alto” en estas materias, según Hammond.
La bomba homosexual “parece una idea absurda, pero es más profunda de lo que uno puede imaginar al principio. Se trata de desarrollar un arma química que altera la mente”.
Una sustancia de ese tipo es, por ejemplo, el gas opiáceo que las fuerzas de seguridad rusas usaron para noquear a los terroristas que tomaron el teatro Dubrovka en Moscú en 2002 y que causó la muerte de 125 personas, a pesar de que debía ser no letal.
El documento de las fuerzas aéreas calculaba que el Pentágono tardaría seis años en desarrollar los compuestos que proponía, pero destaca que “se conocen muchos productos químicos que hacen oler muy mal”, por lo que presumiblemente podrían usarse inmediatamente.
El documento propone rociar al enemigo desde aviones, lanzarlos dentro de proyectiles o a través de aspersores.
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